Tarta helada de fresa

Hoy preparamos una deliciosa tarta helada de fresa. Es una tarta fría muy fácil de hacer y que queda espectacular para cualquier celebración. Lo que más me gusta de ella, además de que no utilizamos horno, es la sencillez de sus ingredientes y el rico sabor que se obtiene. Su base de sabor está en la mermelada de fresa que combinamos con la nata montada. Esta tarta helada de fresa nos permite elegir la mermelada que más nos guste y funciona muy bien tanto con las clásicas, como con las que se endulzan con edulcorante. Es una tarta sin horno explicada paso a paso.

 

 

 

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Cocción:         5  minutos  +  6  horas de enfriado

Cantidad:         8 – 10  porciones

Ingredientes

  • Un molde para tarta desmontable de 20 cm + papel de horno +  tira de acetato
  • 100 g de galletas María
  • 50 g de mantequilla sin sal (derretida)
  • 600 ml de nata para montar (crema de leche)
  • 250 g de mermelada de fresa
  • 10g de gelatina neutra -> Para añadir a la nata montada
  • Colorante alimentario rojo (opcional)
  • 100 g de fresas
  • 1 sobre de gelatina de fresa + 400 ml de agua -> Para la cobertura roja de gelatina

 

Preparación

  1. Forramos la base del molde con papel de hornear y el lateral con acetato (plástico). Trituramos las galletas en una bolsa con un rodillo y luego las mezclamos con la mantequilla derretida hasta formar una masa húmeda, que repartiremos en la base de la tarta. La vertemos en el molde, extendemos y aplastamos procurando no dejar ningún poro  y dejamos enfriar en el frigorifico.
  2. Ponemos a hidratar en 3 cucharadas de agua la gelatina neutra. Removemos y reservamos. En un bol frío batimos la nata para montar (que también estará bien fría), hasta que comience a hacer dibujo. Añadimos la mermelada de fresa y unas gotas de colorante rojo y batimos de nuevo hasta que se integre. Fundimos la gelatina hidratada unos segundos en el microondas o al baño maría. Limpiamos los bordes del bol con ayuda de una espátula y añadimos la gelatina sin parar de batir, hasta integrarla. Vertemos la crema en el molde y llenamos bien todos los bordes del molde con ella, para evitar que quede aire. Dejaremos enfriar unas 3 horas en el frigorífico hasta que se espese. 
  3. Después de que enfríe la tarta podríamos servirla así o ponerle una cobertura de gelatina para decorarla. Le daremos un toque especial repartiendo unas láminas de fresas. Lavamos y secamos bien las fresas y cortamos 8 láminas, dos por cada fresa. Para preparar la gelatina que la cubrirá: Ponemos a calentar la mitad del agua (200 ml). Cuando rompa a hervir, apagamos y retiramos del fuego, echamos el sobre de gelatina de fresa y removemos hasta que se disuelva bien. Una vez disuelta echamos el resto del agua (200 ml) y acabamos de remover. Retiramos y cambiamos de recipiente para que enfríe y temple antes. Quitamos la tarta del frigorífico y distribuimos las fresas por la superficie, presionando contra la superficie de la tarta para que no se muevan. Vertemos una capa fina de gelatina. Lo haremos despacio, utilizando una cuchara dada la vuelta, de este modo rompemos el golpe de calor y evitamos que se revuelva la superficie. Dejamos enfriar unos 30 minutos en el frigorífico. Quitamos tarta y vertemos el resto de la gelatina, hasta que cubra las fresas. Dejamos enfriar de nuevo en el frigorífico un par de horas o hasta que endurezca la gelatina.
  4. Para desmoldar pasamos una puntilla para separar los bordes y quitamos el aro con cuidado. Si tenemos el borde forrado con papel de hornear o acetato, no es necesario pasar la puntilla, retiramos el acetato con cuidado y ya nos quedará perfecta. Soltamos de la base y pasamos a la fuente en la que vamos a servir.

 

Consejos

  • Si no puedes consumir nata podrías sustituirla por leche. En ese caso utilizarías 650 ml de cualquier leche, sin lactosa, de almendras…
  • Para desmoldar mejor forramos el fondo del molde con papel de hornear. También podemos forrar el borde con una tira de papel de hornear o acetato, de este modo se soltará mejor la tarta y quedarán unos bordes perfectos.
  • Es importante presionar bien la galleta de la base, para evitar que queden poros y se filtre la mezcla. Podemos hacerlo con una cuchara, una espátula o un vaso. Su espesor debe ser del grosor de 2 ó 3 monedas. Si es muy fino no sujetará la tarta y si es muy grueso no quedara vistoso. Debemos dejar los bordes limpios de galleta. Mantendremos la base con galleta en el frigorífico hasta el momento de utilizar.
  • Para dar sabor a esta tarta utilizamos mermelada de fresa, que nos aportará por un lado la fresa y por otro el endulzante. De este modo no es necesario añadir azúcar o edulcorante, pues ya lo lleva incorporada la mermelada.
  • Utilizamos gelatina con sabor a fresa, que ya lleva incorporado el azúcar. Debemos disolverla según nos indica el envase. Cuando vayamos a verter la capa final de gelatina, debemos asegurarnos de que está templada, y la verteremos despacio sobre una cuchara dada la vuelta, de este modo rompemos el golpe de calor y evitamos que se revuelva la superficie al caer la gelatina sobre la crema de fresa.
  • Si decoramos con frutas es muy importante verter una fina capa de gelatina y enfriarla bien antes de cubrir del todo las frutas. Si vertemos toda la gelatina de una vez, las frutas se pueden soltar de la base y quedar flotando por toda la superficie de la tarta y no conservaría en dibujo
  • Si te gustan este tipo de tartas te aconsejo estas otras: Tarta de limón, Tarta de naranja.

 


 

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